Más de 17.000 personas pueden haber sido víctimas en España de una red criminal internacional de estafas con criptomonedas. Habrían obtenido beneficios de 2.400 millones de euros, desarticulada en Albania y otros países en una operación conjunta de Guardia Civil, Mossos y otras policías europeas.
Mandos de la Guardia Civil han presentado en el complejo central de Egara de la policía catalana en Sabadell (Barcelona) el despliegue efectuado en Albania. Este amplio dispositivo derivado de la investigación transnacional de más alto alcance hasta la fecha en el ámbito de las estafas financieras.
Los lugares desde donde operaban
Además de Guardia Civil, han participado los cuerpos policiales de Alemania, Suecia, Finlandia, Letonia, Ucrania, Georgia y Albania. Esta banda que operaba principalmente desde este último país. También operaban desde otros estados limítrofes de la Unión Europea como Bulgaria, Georgia, Macedonia del Norte y Ucrania.
En el dispositivo policial conjunto desplegado en Albania los días 8 y 9 de noviembre, la Guardia Civil y la policía catalana han practicado seis registros en “call centers” ubicados en las ciudades albanesas de Elbasan, Tirana y Vlore, han detenido a los dos máximos responsables de la banda e investigan a otras dieciséis.
La organización criminal desarticulada estafaba a sus víctimas mediante supuestas inversiones en criptomonedas. Se calcula que sus miembros ganaban 400 euros al minuto, con un beneficio neto total que puede superar los 2.400 millones de euros.
El número de perjudicados podría ascender a cientos de miles en varios países europeos, e incluso de otros continentes. En nuestro país se estima que puede haber más de 17.000 víctimas.
La forma en que delinquía esta banda
El modus operandi de la organización criminal era muy concreto: unos falsos brokers de criptomonedas contactaban con potenciales víctimas desde centros de llamadas ubicados en Albania, los cuales simulaban tener un gran conocimiento del mundo de las finanzas y ofrecían grandes beneficios a partir de pequeñas inversiones.
En realidad, se trataba de auténticos estafadores que engañaban a sus víctimas mediante técnicas de ingeniería social para que realizaran inversiones en plataformas web controladas por la organización criminal.
Las inversiones iniciales eran de 250 euros y, después, los falsos brokers informaban a la víctima de supuestos grandes beneficios. Así era como se ganaban su confianza para que depositara más dinero.
Cuando el inversor-víctima quería detraer todo o parte de los beneficios obtenidos, el estafador le pedía más dinero para poder retirar los fondos con diferentes excusas; como el pago de impuestos o supuesto fallos del sistema.
En caso de no conseguir más inversión por parte de la víctima, la organización criminal accedía a su información bancaria personal y vaciaban todas sus cuentas.
El inicio de las investigaciones
La investigación policial comenzó 2018, cuando los Mossos y la Guardia Civil recibieron las primeras denuncias de presuntas víctimas.
En concreto, la primera de ellas fue una mujer de edad avanzada quien denunció ante los Mossos que le habían robado más de 800.000 euros. A partir de una llamada telefónica en la que un supuesto “experto en finanzas” le propuso realizar inversiones millonarias en criptomonedas.
En los inicios de las pesquisas, los Mossos detectaron más de un centenar de páginas web controladas por la organización criminal. Constataron, además, que había una empresa que estaba siendo investigada por Unidades de la Guardia Civil (Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Guardia Civil de Huesca y la Unidad de Policía Judicial de la Zona de Cataluña), por lo que a mediados de 2019 se estableció un Equipo Conjunto de Investigación (ECI) entre ambos cuerpos.
El hecho de que existieran otros países europeos que se encontraban investigando este tipo de estafas con el mismo modus operandi, dio lugar a una investigación transnacional que ha sido coordinada por Eurojust; creó un equipo de investigación conjunto (JIT) en el año 2020 con varios países participantes.
Los especialistas involucrados en la investigación
Los investigadores especialistas en el mundo del cibercrimen pudieron determinar los vínculos existentes entre las distintas plataformas web investigadas. Así como las empresas de desarrollo de software y los “call center” que utilizaban para comunicarse con las víctimas y con otras mercantiles.
Todo ello formaba parte de un gran entramado internacional dedicado a la estafa de multitud de ciudadanos europeos, aunque también han podido identificarse víctimas de otros continentes.
Contaban, además, con un equipo de ingeniería informática encargado del desarrollo de la parte visible que opera en internet. Los “call centers” contaban con operadores que hablaban en varios idiomas, sociedades repartidas por el mundo para mover los activos; y con un grupo financiero capaz de transferir el dinero estafado a paraísos fiscales y blanquear las ganancias.
Durante los días 8 y 9 de noviembre, se activó un Centro de Coordinación (CECOR) en la sede de Eurojust en La Haya. Desde allí, se lideró el desarrollo de forma simultánea de un dispositivo por parte de las diferentes policías para su actuación en Albania, Bulgaria, Georgia, Macedonia del Norte y Ucrania.
En total, en las actuaciones policiales realizadas en estos países se han desmantelado 15 centros de llamadas. También, se ha requisado cuantioso material, como más de 355 ordenadores, móviles, tabletas y otros objetos electrónicos con información relevante.
Ver nota original en: Destarticulada una banda internacional de estafadores de criptomonedas con más de 17.000 víctimas en España.