Argentina está en el top-10 de países con mayor adopción de criptoactivos. Según datos de Chainalysis, los ahorristas tienen en el “colchón” unos u$s68.800 millones en criptomonedas.
Estos criptoactivos no están disponibles para bancos locales debido a normativas del BCRA, que fueron añadiendo tecnología como un nuevo canal de contacto con el consumidor para realizar pagos, transferencias, inversiones y otros servicios a través del celular o la computadora.
En efecto, el propio Banco Central salió a impedir que el Galicia y Brubank avanzaran con su servicio de compraventa de divisas virtuales. Y frustró los nuevos proyectos de otras entidades.
¿Los bancos podrán aprovechar las ventajas de las criptomonedas?
Matías Bari, cofundador de Satoshi Tango, asegura que “sin dudas, los bancos terminarán entrando al negocio, por lo que estamos trabajando en una unidad específica. Para ello, se les proveerá la infraestructura para que incluyan esta clase de activos en sus servicios y sus usuarios puedan operar desde el homebanking”.
Por el lado de los exchanges, están ampliando sus horizontes. Primero, con el lanzamiento de tarjetas prepagas para abonar con criptoactivos en los comercios y ofreciéndo reintegros en consumos. SatoshiTango también trabaja en su propia tarjeta.
En segundo término, permitiendo que los usuarios inviertan en instrumentos regulados. Así, avanzan en la compraventa de CEDEAR, bonos, dólar MEP y otras herramientas bursátiles, con el fin de ofrecer más alternativas en moneda dura.
Si bien los bancos están vedados de usar criptoactivos, las fintech no. Por eso, el ecosistema local aguarda que Mercado Pago, que acaba de lanzar la compraventa de estas divisas en Brasil a través de una alianza con Paxos, haga lo propio en su tierra natal.
Se trata de una estrategia que “copió” de uno de sus principales inversores: PayPal. Pero le añadió un extra: además de la compraventa de Bitcoin, Ether y otras divisas, probará con la propia, que se llamaría Melicoin.
¿Los exchanges y fintech se convertirían así en un banco híbrido? A Bari no le disgusta esta terminología, pero aclara que ” no podrían considerarse un banco, pues por ley no pueden prestar el dinero de los depositantes, pero si un ‘home financiero’ en el que los usuarios pueden manejar todo desde un solo lugar”.
¿Cuál es la oportunidad cripto “perdida” de los bancos?
Si bien el mercado de criptomonedas es relativamente nuevo, tiene un gran futuro y cada vez mayor aceptación dentro del público joven. Este sector será el que los bancos de todo el país deberán atraer como parte importante de su cartera de clientes en los próximos años.
Las opciones tradicionales, como dólar y plazo fijo, son las preferidas de generaciones de mayor edad, no gozan de tanta popularidad entre quienes aún no ingresaron al mercado laboral.
Además, Internet hizo lo que hace algunos años era impensado: que más gente participe activamente del mercado bursátil. Se genera la compraventa de acciones o bonos, que hoy se resuelve con algunos clics y costos de ingreso más bajos.
Por otro lado, las plataformas de criptoactivos están haciendo el recorrido contrario; están “tokenizando” instrumentos de inversión y commodities, como acciones, monedas fiat, metales (oro y plata) y un amplio etcétera. Así, los representan digitalmente para dividirlo en cuantas partes deseen y que sus clientes puedan comprar fracciones y recibir ganancias proporcionales.
En la vereda del enfrente, el desfasaje que muestran las entidades tradicionales respecto a las nuevas finanzas digitales les está jugando en contra. De hecho, Visa y Mastercard tomaron nota y se meten cada vez en el mercado de las divisas virtuales.
“Los bancos están perdiendo negocios: desconocer el interés de los consumidores e inversores en las criptomonedas es un error que están pagando con una constante migración hacia las billeteras digitales”, señalan a iProUP desde Action Point. Y agregan que “si bien hubo un intento reciente, la demora para convertirse en Crypto-friendly hace que su clientela se reduzca todos los días”.
Ver nota original en: El Banco Central le “pisa la cola” a los bancos: la medida que les hace perder un negocio millonario.